lunes, 10 de mayo de 2010

DIA DE LA MADRE


Bendito eres Dios por habernos concedido un instrumento de tu amor en la Tierra, por la generosidad de tu omnipotencia, por la misericordia de tu amor infinito al habernos regalado el joyel más grande de tu creación, cual es la Madre.

Tu mismo, Cristo, escogiste el vientre de una mujer y te materializaste en hombre y saboreaste las lagrimas puras, límpidas, transparentes, cristalinas, mezcla de dolor y alegría de la Virgen que te cobijo en su cuerpo; sentiste en tu boca de niño la dulzura de la leche materna; aprendiste en tus juegos y en el largo camino de hacerte hombre de los consejos, que a manera de rezo, salían de los labios de tu adorada Madre y en el ultimo minuto de tu existencia, apreciaste el llanto inconsolable de la mujer que te trajo a este Mundo.

¡Oh! Mujer divina, vibración de amor, mujer encarnación de belleza y santidad, faro luminoso que iluminas nuestra existencia, que en el acto sublime del amor, avizoras tu misión entre los hombres, que sabes que entre tus brazos, mañana mas tarde, se acurrucara la semilla de tu entrega total.

Madre, no hay palabras como definirte, no hay frases ni oraciones, que puedan traducir el significado de estas cinco letras, que resumen la esencia de la vida y el sacrificio, de la mujer que si sabe del dolor del hijo ausente, del hijo enfermo, del hijo pobre lleno de pesares, del hijo rico lleno de angustias, del que esta en la cárcel, del que se embriaga y llora sus penas, del que aspira y del que se queda, del que ara la tierra y del que alza el cáliz, del que entrega su pecho defendiendo a la Patria, o a sus ideas, del que muere por el cáncer que lo come la carne, o porla droga que lo envenena la sangre.

Esa eres tu Madre, la personificación de Dios en la Tierra, el ángel de la guardia de mis años mozos, la novia adorada e insustituible de mi juventud, el paño de lágrimas en los achaques de mi enfermedad y mi vejez.

Segundo domingo de Mayo, un solo DIA en el año, pero que representa los 365 días, que son pocos, para llevar el clavel rojo en nuestro pecho en homenaje a las Madres, pero no solo a las que rasgándose las entrañas trajeron un ser a esta tierra, sino también para todas aquellas mujeres, que sin haber tenido la dicha de la maternidad, resultan muchas veces heroínas de amor filial y son capaces de verter la ultima gota de su sangre por defender y cuidar a ese hijo que lo negó la vida.

Permítanme, lejos de la tierra amada y añorada, rendir mi tributo y homenaje a todas las Madres Amazonenses, y en el manto sagrado de nuestra Mama Asunta, déjenme depositar mis lagrimas de sangre, en recuerdo de mi Rosita Noriega, que es el aire que respiro, el agua que calma mi sed, la oración que alimenta mi alma y que vive eternamente conmigo y que es mi luz en la noche negra de mi vida.

Jorge Reina Noriega

“Ayúdame A ayudar”

reynor@terra.com.pe

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